Lo que el COVID también se llevó

Hoy es 25 de Diciembre del año 2020, un año marcado por terribles pérdidas de vidas humanas, pérdidas económicas, pérdidas sentimentales de forma general, y todo por culpa del maldito COVID-19, o quizás, por culpa de nosotros mismos, los seres humanos a lo largo de todo el orbe, que todavía no estamos listos para afrontar determinadas cosas sobre todo, cuando son cosas inesperadas. 

Aprovechando que es un día festivo y feriado, mi pareja y yo decidimos salir en el auto con la beba y el perrete a una ciudad cercana llamada Round Rock, una ciudad conocida por sus actividades al aire libre y sitios históricos. Todo esto por supuesto, tomando las medidas correspondientes, ya que no somos dos personas irresponsables ni nada por el estilo, y más teniendo en cuenta que llevamos a nuestra hija con nosotros. Y con mascarillas y el resto de aditamentos necesarios, pues nos dirigimos hacia allí con el objetivo de sacar algunas fotos bonitas que nos sirvieran de recuerdo en un futuro, para compartirla con la beba que ahora mismo no tiene conciencia de las fechas en las que estamos. 

El nombre de Round Rock viene de una piedra grande en un río que atraviesa la ciudad, que marcaba el sitio donde los carros de caballos podían cruzar por el nivel de las aguas, en el siglo XIX. En Chisholm Trail Crossing Park, un lugar cercano, también tienen placas que detallan la historia de la conducción de ganado por la ciudad. 

Las ciudades de Texas, sobre todo las más antiguas, suelen tener un Downtown histórico, en el cual, las construcciones tienen al menos en su fachada el estilo de un típico pueblo del oeste tal y como lo vemos en las películas americanas.

Son los típicos pueblos que tienen un camino principal, y en cada lado los establecimientos, los bares, el banco, la biblioteca, y los postes de maderas para amarrar a los caballos. Round Rock actualmente tiene muchos más caminos, o en este caso calles, y donde antes habían postes de madera ahora hay parqueo para los autos, y aunque por fuera esas fachadas siguen recordando al viejo oeste, por dentro ya todo es un poco más moderno.

Cantina en Round Rock

Normalmente por estas fechas se adorna todo el área del Downtown de Round Rock con motivos navideños, las farolas lucen una especie de arbusto verde con un lazo rojo, hay estrellas con luces, y colocan en uno de los parques de la ciudad un arbolito de navidad gigante, como de 10 metros más o menos. Pero al llegar al Downtown de Round Rock, nos percatamos de algo más que se llevó el COVID: el espíritu navideño. 

En estas fechas además se hacen ferias para vender souvenirs y objetos alegóricos a la región, y las calles están abarrotadas de familias, padres con sus hijos, sus mascotas, los abuelos, y el ambiente está cargado de alegría, cordialidad y festejos. Claro, que en el 2020 la palabra “normalmente” no tiene cabida en casi ningún lugar. 

Lo que nos encontramos esta vez, para nuestra conveniencia, todo hay que decirlo, fue el típico pueblo del Oeste que cuando llegas no ves a casi nadie, con algún que otro auto pasando, alguna que otra persona de paso o sacando fotos, aunque sí, estaba colocado el arbolito. Y digo que era conveniente porque nos permitió dar un pequeño paseo, sacar algunas fotos y no cruzarnos con nadie. 

Hay que tener en cuenta que en Estados Unidos ya estamos rozando los 20 millones de casos confirmados, y hay 335 535 fallecidos en el momento que grabo este pódcast. En este momento Texas es el estado con más casos de coronavirus, registrando 1661564 confirmados y 26965 fallecidos. En el caso de Round Rock, la ciudad pertenece al Condado Williamson que está en el número 14 de la lista de más casos registrados.

Posiblemente la explicación lógica a la desolación del Downtown, es que se podría decir que las personas están tomando conciencia y están cumpliendo con el distanciamiento social, el no reunirse en lugares públicos, evitar las aglomeraciones, y por motivos lógicos, no están haciendo lo que en años anteriores estaban acostumbrados a hacer, o quizás fuimos un poco más temprano de lo normal porque no queríamos que nos cogiera la noche en la calle, y que posiblemente ya cayendo el atardecer, o en la noche, quizás se vería más movimiento, pero la sensación que tuvimos fue la de una navidad literalmente muerta. Luego en el auto pasamos por otras ciudades cercanas y el panorama y la sensación fue exactamente la misma. 

En estos momentos de extrema tristeza para algunos, en muchos casos no por el haber perdido a alguien precisamente por el COVID, sino porque en estas fechas puede entrarnos la bajona, por la distancia entre la familia, o por aquellos que ya no nos acompañan, cuando más se necesita despejar y distraerse, nos vemos limitados por una pandemia que no cree en fiestas ni en navidades. Y aunque es totalmente comprensible, pues no deja de ser bastante demoledor. Solo nos queda cuidarnos todo lo posible y esperar que estas vacunas que ahora van llegando, sean la solución para poder disfrutar plenamente, de las próximas navidades. 

Cuídense mucho. Feliz Navidad.


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